top of page

El ultimo mundial

Pablo Pulp Olivera

De alguna manera, o en cierto sentido, vale pensar que ya nada será como fue (o como es). Pusimos a dormir un rato la indignación por la designación de Qatar, un país analfabeto en lo que a fútbol respecta, como anfitrión del mundial, siendo el primer organizador en no sumar un solo punto. También olvidamos las broncas por las derrotas y el empleo aberrante del VAR, así como el corrimiento del calendario de la copa de junio-julio a noviembre-diciembre. Y esto para poder decir que Qatar 2022 viene siendo quizá el mejor mundial de las últimas décadas en lo que a fútbol respecta, regalando épica y espectáculo desde una primera fase que en ediciones anteriores fueron totalmente anodinas. Las conmovedoras performances Marruecos y Croacia, la luchadora Japón, la Argentina olfateando la copa de cerca, la Francia que quiere repetir dos títulos consecutivos ─algo que ningún combinado logró desde que el trofeo FIFA desplazó al Jules Rimet─, sumado a las despedidas de los Suárez, Cristianos y Lewandowsky, nos mantienen en vilo a la espera de una final que nos haga olvidar las aburridas definiciones que venimos presenciando desde Italia 90.

Es en este presente sin descanso que olvidamos que probablemente estemos presenciando la última Copa del Mundo ─o por lo menos la última tal como la conocemos─. Vale recordarlo: para 2026 tendremos un mundial jugado en tres países (EEUU, Canadá y México) con 48 equipos nacionales, lo que en algunos continentes, o para algunas selecciones ─más bien muchas─, hará que sea más fácil clasificar que quedar eliminadas en la fase clasificatoria.

Según la web Sporting News, las plazas designadas por la FIFA para cada confederación serán las siguientes: Asia contará con 8,5 selecciones en el próximo mundial, África con 9,5; Centro y Norte América tendrán 6,5; Oceanía 1,5; Sudamérica 6,5 y Europa 16.

Propongo un juego. Imaginemos que Qatar 2022 hubiera sido el primer mundial con 48 selecciones. A las 32 que la disputaron, o que aún la disputan, debería habérsele agregado las siguientes 16 (la ecuación está poco rigurosamente hecha; se ha recurrido a las posiciones de las últimas eliminatorias y una definición imaginaria ─o intuitiva─ de los repechajes): Nueva Zelanda, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Panamá, Jamaica, Perú, Colombia, Chile, Ucrania, Macedonia del Norte, Suecia, Egipto, Argelia, Nigeria y República Democrática del Congo.

Redistribuidos todos los combinados, podríamos haber tenido una primera fase que enfrentara a Costa Rica con Irak, a República del Congo con Qatar, o Canadá versus Omán. Si Brasil o Francia jugaron sus tres fechas a media máquina, imaginemos qué habría pasado si compartían fixture con China, que sumó 6 puntos de los 30 que disputó en la fase final de su eliminatoria, o Chile, con sus 5 triunfos, 4 empates y 9 derrotas en la zona CONMEBOL.

Sin desmerecer a las mencionadas selecciones, que de hecho más de una podía convertirse en revelación, el aumento a 48 equipos competidores puede verse retribuido en nuevos mercados y más dinero para la organización, aunque parece asegurado el detrimento de la relación calidad-cantidad de partidos que se disputarán. 

Así que a disfrutar lo que queda de Qatar 2022, que por lo visto marca el final de una era mundialista. Aunque hay una pequeña llama en mí, una esperanza de la que no me suelto. Se me ocurre que por ahí, de pronto la copa de 2026 no sea más que un experimento fallido; una rareza de la FIFA y los gringos, que juegan bien pero sienten el fútbol de una manera extraña. Quizá la próxima copa sea recordada como aquella única de 48 selecciones jugada en 3 países que nunca volvió a hacerse. Porque si es tan difícil conseguir sede para albergar el formato de 32 selecciones, lo es mucho más para esta arca de Noé de 48 que nos espera en cuatro años, que ni los yankis son capaces de organizar en solitario. 

Así que a esperar, a cruzar los dedos, y emplear todas las cábalas que se nos ocurran para que Qatar 2022 no sea el último mundial (tal como lo conocemos).

El ultimo mundial
bottom of page