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Poemas

Yo como siempre en la luna

y cuando quise ver

estabas ahí

mirándome también

con la plancha en la mano.

Agarro y cruzo un brazo 

sobre mi pecho.

[deyabú]

Dejé mi sangre plantada

en tus sábanas.

Tinte y estampa.

Te dejé una ofrenda:

la matriz.

Si conocieras el ritual

Si (me) quisieras

podrías erigir otra yo

a mis espaldas

o tal vez

invocarme.

 

Allí donde está la sangre, la lágrima, la avidez, allí, bulle la vida.

*

Algún día voy a ser un moribundo

me lo has mostrado.

Tal vez un día tenga manos 

de nudillos desproporcionados

de llemas gastadas.

Entonces

tal vez

agonice

atrás de las cortinas

abajo de las camas.

Antes

guardaba coquitos de eucaliptus

por si acaso

criaba renacuajos

y juntaba piedras 

que vivían en la orilla

y morían sobre el bargueño.

He pateado infinitas veredas

en busca de anillos de oro

que debian aparecer fortuitamente

para dejarme ser una heroína.

Llevaba ropa rusa y botas tejanas

estiradas con alcohol.

Antes.

Después

era una persona que bailaba.

Solía andar

con piedras en los zapatos

cubierta con un velo

que no era de novia.

Andaba

entre gigantescos martillos

que pendulaban

tiraban casas.

 

Ya no podés volver 

sobre tus pasos.

Es un arte pisar con firmeza

los escombros

que se escurren

como cantos rodados.

("Artista Poeta.")

Más piedras para mis zapatos.

¡ Yo te dije! 

El piso es primero,

No es posible ya andar

cintas de Moebius

que no hemos construido.

Aún así, vos sabés,

nuestras cartas saben 

jugar silencios 

sobre las mesas,

o entre los alambres.

Se me dificulta respirar

y me convierto en un moribundo

contigo.

 

Cuánto amo estas piedras.

Trabajosamente doblo las rodillas.

Me desato los cordones…


 

*

Acá en el mundo hay personas de diferentes tipos. ¿sabés?Tienen las más diversas apariencias, tonos y velocidades en la charla, lenguaje, tos y llanto.

Esta mañana el agua saltaba frente a los barrancos como perros alegres, y se sentía bien cuando venía y me hundía en la arena, yo creyendo que juega conmigo a llevarme, a hacerme raíz, y ella haciendo lo que siempre hace, de una manera perfecta e incuestionable.

Los cuerpos están envueltos en telas, nuevas o viejas, de feria de shopping. 

Algunas mentes odian los billetes de plástico.

Algunos cuerpos intentan atrapar un muñeco de peluche con una pinza.

 

Camino y me dispongo a ello

preguntándome cómo se debe caminar una playa. 

Enérgicamente, de a poco, 

caminar sin pensar en volver, contemplando los detalles,

caminar pasando todo por alto.

Algunas mentes adoran haber sido inocentes de boca salada.

Y las nubes sueltan la lluvia de una manera perfecta e incuestionable.

Analía Di Leone

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