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Con el diario del Lunes

Pablo Pulp Olivera

Estamos atravesando una alucinación. No. Más que eso; digamos las cosas como son: Estamos completamente DROGADOS por la Copa del Mundo. El estado de alteración es tan grande que perdemos las coordenadas. Ahora todo nos sorprende. Nos toma por sorpresa la derrota de Argentina a manos de Arabia Saudita, o la de Alemania contra Japón, olvidando lo que dice la historia reciente de la máxima fiesta del fútbol. Por supuesto que yo también quedé perplejo mientras asistía a las caídas de los grandes. Solo que, luego de usar todas mis fuerzas para hacer un paréntesis en este maremágnum de cuatro partidos por día, miro el diario del lunes y empiezo a animarme a ver el fixture con otros ojos (quizá con los que lo miró el DT de Japón).

Números: La selección alemana lleva dos derrotas consecutivas a manos de rivales del lejano oriente ─2 a 0 frente a Corea del Sur (2018) y el reciente 2 a 1 ante Japón─. ¿Será momento de decir “guarda”, la próxima vez que Alemania juegue contra una selección asiática? ¿Habrá llegado la hora en que los asiáticos se están animando a ir a más? De pronto, aquello que pensamos con la actuación de Camerún en Italia 90, que algún país africano podía ganar un mundial, debemos empezar a tenerlo en cuenta para las selecciones de Asia. Al igual que Estados Unidos a partir de la organización de la copa en 1994, Corea y Japón empezaron a ser cada vez más amenazantes desde que fueron los anfitriones del mundial hace veinte años. Esto me lleva a la pregunta de si Qatar 2022 es un despertar para las selecciones de lo que en occidente llamamos el “mundo árabe”.

El futuro cercano ─el diario de un próximo lunes─ dirá si la victoria de Arabia y el empate del seleccionado del islámico Marruecos frente a la subcampeona Croacia son primaveras o, por el contrario,  las muestras de que el cambio se sigue profundizando. Estamos con tanta droga encima que olvidamos que en el mundial pasado la Argentina debutó con empate ante Islandia, un combinado de futbolistas amateurs, y que la Alemania de 2014 (la máquina que le hizo 7 a Brasil) le ganó en el alargue a la musulmana Argelia en octavos, sin mencionar que los campeones vigentes no están pudiendo romper el maleficio de la eliminación temprana.

Parece haber llegado el momento de atreverse a tirar algún bombazo en la penca. Con el diario del lunes, es fácil decir que no da para irse tan de mambo como para tirar una victoria de Costa Rica ante España, pero lo que sí, la Copa del Mundo nos está demostrando que ya pasaron los años en que los grandes de Europa y Sudamérica ganaban ciertos partidos antes de jugarlos. Por supuesto que el refrán que dice que “los zapallos se acomodan en el carro” nos recuerda empíricamente que el campeón sale siempre de un grupo selecto, pero tan cierto como eso, es que se dan resultados impensados. Y si eso pasa, es porque algunos equipos osan romper la historia. Al final de cuentas todo se trata de animarse, así como Canadá se le animó a esta Bélgica. Perdió, es cierto, pero demostró que su rival no era ningún cuco, por más que la prensa espera que los belgas se metan en la definición, olvidando que ya no cuentan con el african look de Fellaini ni los contragolpes letales de Lukaku, su african player que miró el partido desde la tribuna. Aunque, debo decir, me cuesta pensar que Brasil pierda en su debut, por más que adelanto a mis competidores de la penca que voy a poner que Ecuador le gana a Holanda.

Voy a excluir a la celeste para no llamar a la desgracia. En cambio adelantaré que Japón tiene serias chances de jugar la final del mundial. Quizá crean que estoy loco, pero no; solo estoy drogado y lo voy a seguir estando durante los próximos 25 días. Luego todo volverá a ser como era. Por favor, téngame paciencia (o dróguense conmigo y lean el diario del lunes).

Con el diario del Lunes
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