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Coma huevos

Pablo Pulp Olivera

A veces, cuando voy a la feria que está a la vuelta de mi casa, dejo de ir a determinado puesto si escucho que su dueño dice algo que no me cae bien, o si tal feriante hace algún comentario reaccionario. Hay un huevero que siempre está cantando un pregón que reza “pidan huevos”, y que remata con un “coman coman huevos”, que dos por tres hace algún chiste machista que termina con “la yegua de mi cuñada”, o “la vaca de mi suegra”. Sin embargo, en el caso de este comerciante, que viste una camiseta que tiene la leyenda “COMAN HUEVOS”, debe haber algo que me resulta cautivante, porque a pesar de ello sigo comprándole a él.

Por supuesto, a un día del partido inaugural, el tema de conversación es la Copa del Mundo. A quien llamo el Coman Huevos, hizo esta lectura de la selección uruguaya que me resultó por demás lúcida y mesurada, a contrapelo de lo que hubiese esperado de él:


A Tabárez se le criticó el juego. Se dijo que con los jugadores que tenía tendría que haber logrado jugar mejor. Y eso en parte es cierto; pero lo que importa es que el tipo llegó al mundial en 2010 y nadie daba nada por Uruguay. Y ahí, tranquilo, con una selección que giraba alrededor del Forlán, terminó cuarto. Veníamos de que no le ganábamos a nadie desde el 70. Y esa media cancha no era gran cosa, pero todos sabían que tenían que ir prendidos de Forlán, porque él los inició a todos: a Suárez, a Cavani; todos lo siguieron, si fijate que fue el mejor del mundial y jugaba con varios que eran medio pelo. Porque Uruguay es un país chico, no es como Brasil, que los once que juegan, y los suplentes, son todos de primera plana. Acá siempre pasa que hay dos o tres que son unos fenómenos, algún que otro que acompaña, y después completás con lo que puedas. Y lo que Tabárez hizo, más que jugar bien, que muchas veces no lo hacía, fue terminar con todo el relajo que había antes, que les armaban los cuadros a los técnicos y todo eso. Y hablan mal de él, pero yo no sé qué quieren, si dirigió tres mundiales y nunca quedó afuera en primera fase. En uno terminó cuarto y en otro, quinto.

Y ahora… Ahora, bueno, hay con qué. No está el Maestro, pero Alonso tiene que haber aprendido algo de él. Para mí tiene que explotar Valverde, que es un fenómeno. Además tenemos una media cancha buenísima. Todos tendrían que dejar que Valverde explote, como pasó con Forlán, y que los demás vayan colgados de él. Y ta’, que Suárez lo deje tirar a él los tiros libres. Ya está ¿viste cómo le pega? Pensar que era flaquito cuando se fue, y allá, claro, allá ves cómo lo entrenan más allá de los fundamentos: el lomo que echan, la alimentación, la preparación física; y qué querés, está en el Real Madrid. Para mí a Uruguay tendría que irle bien, porque fijate que no podemos negar que es más que Corea y que Ghana, y además se le lesionó el golero titular y el suplente. Valverde le tiene que prender de todos lados, ya está. Y el Darwin Núñez me encanta, tiene una polenta… Si jugara con Cavani, los dos moviéndose por las dos puntas, por favor. Suárez también tiene que estar, por supuesto. Y fijate los rivales cuando tengan que marcar en los córner a las torres que tenemos: Josema, Godín, el pelado Cáceres, Darwin, Cavani, Suárez. Y después los chiquitos. ¿Cómo es el chiquito? ¡Ese, Torreira! Hace cuatro años marcó a Cristiano y no lo dejó hacer nada. Y hace cuatro años, Cristiano estaba en un momento más alto, porque por más que sea Cristiano, no se puede negar que está en la bajada, y esos mismos cuatro años a Torreira le dan la experiencia que no tenía en Rusia, así que ojo que también se le puede ganar a Portugal, aunque sí, yo sé que en el mundial una jugada te puede inclinar el partido pa un lado o pal otro.

Y bueno, sí, De la Cruz me gusta. Puede servir para cuando no le encontrás la vuelta al partido. Y hay que ver qué pasa con De Arrascaeta, porque en la selección no ha podido explotar como en el Flamengo. Otro que anda volando es Betancourt. Mirá que hay cuadro.


***

En Uruguay se dice que hay tres millones de directores técnicos. El Coman Huevos hizo honor a este dicho y dejó claro que tenemos con qué, pero no dijo “tenemos huevo”, o “hay que poner huevo”, como le gusta decir a la gente ─y eso que él justo estaba poniendo huevos en un maple, situación que se prestaba para que soltara uno de sus típicos chistes─, sino que ese “mirá que hay cuadro” se traduce como “hay un buen equipo y un trabajo de quince años en el que podemos confiar”.

Coma huevos
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